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sábado, julio 21

LÍDERES Y CHAMANES DE MÉXICO

                                  Modesta Lavana Pérez - Líder y curandera de Morelos - México                                                                    Foto: Julie Sopetrán
Texto y fotos: Julie Sopetrán

Conocí a varios chamanes en los caminos mexicanos. Las comunidades son las que  nombran a ciertas personas para ejercer el chamanismo. Porque nadie es chamán porque quiera serlo, esa autoridad se la otorga el pueblo desde tiempos ancestrales, el pueblo o la divinidad a través de la naturaleza. ¿Se les toma en serio a los chamanes? ¿Curan?  
Según el diccionario de nuestra lengua, el chamán es "Hombre que, en algunas culturas, se considera que tiene el poder de comunicar con los dioses o curar enfermedades usando sus poderes mágicos, hierbas y productos naturales. Aunque también la palabra dicen que proviene del vocablo siberiano shaman que reúne en la identidad de hombre-dios-medicina. Xaman, con su raíz scha, procede de saber, "alguien que sabe, sabedor, persona sabia". Para curar sólo se necesita mucha fe, ungüentos, aceites, ventosas, cremas, compuestos, pomadas, hierbas y ese conocimiento ¿intuitivo? que se precisa para saber lo que se receta y lo que se hace con el paciente, a veces atrocidades.

        Grupo de Sanadores - Morelos

He conocido hombres y también mujeres con estos poderes que son muy respetados y queridos en las comunidades indígenas, dicen que las mujeres adquieren el poder después de la menopausia. En algunos lugares de montaña, en Morelos, el hombre adquiere sus poderes si sobrevive a un rayo, por este hecho, la comunidad, a esa persona, la convierte en chamán.
Me quedé con ganas de entrevistar a la famosa curandera y herbolaria María Sabina, de Huautla  y saber de sus curaciones mazatecas con los hongos sagrados en Oaxaca. Han sido muchos los charlatanes que después han tomado ventaja de los hongos hasta casi hacerlos desaparecer. Aunque todavía se usa en algunas ceremonias mexicas de la zona. Y sí, hay una gran diferencia entre los oportunistas vendedores de rituales mágicos por un puñado de billetes y los auténticos chamanes que entienden el peyote como algo sagrado con lo que no se debe nunca comerciar.

       María Sabina - Mujer espíritu.   (Foto de internet)

                              
 Me pregunto: ¿Qué hay de verdad y de mentira en estas prácticas? ¿Son el producto de  la ignorancia y el abandono convertido en superstición o es realmente producto de la sabiduría ancestral? Se pueden contar historias escalofriantes referidas a los cultos, sectas, abusos, prácticas y creencias de hierberas, parteras, curanderos, medicina del campo, farmacias de productos naturales... Recordemos aquellos años de los libros de Castañeda y las enseñanzas de don Juan que popularizaron a nivel mundial el peyote.
En Oaxaca, Morelos, Michoacán, conocí a algunas parteras y curanderos que por muy poco dinero hacen su trabajo, siendo para ellos lo más importante que sus pacientes cumplan con la costumbre. Y ese hábito es muy curioso, se trata que después de un parto, estos curanderos sean tratados a cuerpo de rey, esto se hace uno o dos días antes del parto y hasta doce días después. Se les prepara mole de guajolote, también de cerdo,  caldo de res, chocolatito, su copita de mezcal y otras viandas y degustaciones.

                                                                      Huesero curando - Foto: Julie Sopetrán


¿Pero tienen estas parteras conocimiento de cómo debe tratarse un parto, cuando no saben anatomía y en su mayoría suelen ser analfabetas?  Muchas de estas parteras también son curanderas.
Luego existen las técnicas para meditar de muchos chamanes, como son la meditación Yaqui, la Olmeca, la de Doña Pachita muy conocida por sus curaciones, que se sentaba a meditar frente a su altar y cuando escuchaba un zumbido en su oído, entonces cambiaba de estado y su trance le permitía realizar operaciones quirúrgicas, por ejemplo...



Doña Josefina, que se puede pasar días y días sin dormir recorriendo lugares desconocidos por el universo, famosos son sus viajes astrales que le sirven para curar a los que a ella van a consultarla.  Don Lucio de Morelos, que se conecta con el mundo invisible habitado por pastores y trabajadores del tiempo y así adquiere sus conocimientos y los transmite hacia los demás, especialmente a los que piden su ayuda.
¿Pero quién no ha oído  hablar del maya Don Panchito?
Podemos imaginarlo hablando con Dios directamente o también observando las estrellas en la noche para después dormirse y en la mañana recoger sus sueños que tendrían que ver con el futuro de sus consultantes. Y todavía existen los herederos del Señor Pompeyo Torres, allá por Angangueo en Michoacán, que tenía el don de saber lo que le ocurría a la persona cuando se sentía mal, con sólo mirarla, lo sabía todo y después curaba, se conservaba la herencia curativa de padres a hijos.


Juan Castro Valdés, lo conocí en uno de mis viajes a Pátscuaro, Michoacán, me dio un masaje, me dijo que hacía más de treinta años que curaba dando sobadas, desde el pié hasta la cabeza jalando los huesos. Siempre recuerdo que no me cobró nada, pero me pidió las gafas a cambio. Podéis leer sus comentarios en este mismo blog "Medicina P´urhepecha".
Otro huesero, Don Guadalupe Norberto Calderón, de la Isla de Janitzio, pescador en el Lago de Pátzcuaro, también cura sin preocuparle si el paciente tiene fe o no, él transmite su energía y lo que él siente le vale.


                                                                                          Juan Castro Valdés - Páztcuaro - Huesero


En Morelos conocí a la líder Modesta Lavana Pérez, sanadora, del pueblo de Hueyapan, en la región del volcán Popocatépetl, la llamaban: "el correo de los vientos". Una mujer luchadora, como pocas, por los derechos de los indígenas. Hace años que la conocí, ella me presentó a otros dos chamanes y me sometí a sus conocimientos del temascal. Es un baño de vapor, la raíz de esta palabra es nahua,  Temaz es vapor y calli es casa.  Casa de vapor. Sirve para limpiar las vías respiratorias y el aparato digestivo, es una limpieza física y espiritual relajante. Doña Modesta fue una curandera líder en la zona de Morelos, ella nos recibió con mucho agrado y nos habló de las técnicas y algunos aspectos de la Medicina Tradicional Mexicana y la herbolaria que ella conocía ampliamente, falleció a los 81 años en la ciudad de Cuernavaca, su reto era el de preservar la lengua materna, el náhuatl. Fue reconocida por las autoridades como intérprete en el Sistema de Justicia Penal del estado de Morelos y en sus distintas variedades, defensora de la justicia e intermediaria de ella ante las personas que no hablaban castellano en su comarca. Defensora de los derechos humanos y gran líder además de ser Maestra en el arte de tejer lana en telar de cintura y en el uso de las plantas que ella conocía para aplicarlas a la medicina.

                                                                  Modesta de Morelos   - Foto: julie Sopetrán


En esta comarca muy cerca del volcán, se celebra un festival de medicina tradicional y plantas medicinales para difundir y conservar estas prácticas antiguas de su cultura. Es un festival del grupo Atekokolli y Teahui AC., (Clínica de salud comunitaria) Doña Vicenta Villalba, partera, fue la impulsora, quería enseñar a los jóvenes el conocimiento de la Medicina Tradicional, ella se dedicó a la curación y la enseñanza. Este año en el festival se homenajeó a las líderes Modesta Lavana Pérez y también Doña María Leocadia Ramírez de Amatlán. En este festival existen talleres donde se aprenden las distintas formas de curar. Es un mercado de salud comunitario, donde se pueden comprar plantas medicinales, aceites, jarabes, medicamentos naturales, libros, se puede asistir a conferencias, mesas redondas, proyecciones, rituales, sahumerios y ofrendas relacionados con estos temas. Este festival se celebró en Marzo pasado en Morelos, en Amatlán de Quetzalcóatl, un lugar de ensueño, vegetación y planes ecológicos de gran trascendencia natural.



Pero hay que hablar de las limpias y barridas. Sirven para quitar las impurezas, los aires, el enojo, las bilis, la muina o el coraje, los espantos, el susto, los nervios, la tristeza, el latido... incluso para aquellos que han tomado hongos y no pueden salir de sus efectos, o aquellos otros que no superan su intimidad anímica.
Dicen los mexicanos que el huevo tiene la propiedad de "chupar la enfermedad", y es entonces cuando el contenido del huevo, se transforma. El huevo ha de ser de gallina casera o guajolota y cura  el mal de ojo, los deseos nefastos, sirven también para limpiar a la persona de todo aquello que se siente afectada, mal de ojo, hechizo, brujería, daño...


Guadalupe Norberto Calderón

                                            
Cualquier desequilibrio es motivo para ir a hacerse una limpia. Si algo o alguien te sorprende en forma repentina, ya te has enfermado de susto, por ejemplo. Cualquier causa que afecta al honor, se enferma de vergüenza o sentir una sensación desagradable pues ya estás enferma de latido, o de chaneque si tropiezas y te duele luego la rodilla, es que cogiste una mala emanación de la tierra...


Recuerdo, en Puebla, donde tuve una experiencia sobre el verdadero nombre de lo que es la Amistad, una amiga que hacía años que no había visto, Antígone, se encontró conmigo en lugar de otra amiga que no se dejó ver y a la que yo estaba esperando. La alegría de Antígone, fue tan grande, que me llevó a su casa, me presentó a su pareja y después de tener una suculenta comida, se ofreció a hacernos una limpieza de huevo. O sea una huevo-terapia. A estas personas en México, también los llaman hueveros.   El huevo recoge todo lo malo que hay en el cuerpo, lo van frotando como si fuera un jabón desde la cabeza hasta los pies, los movimientos tienen que seguir las manecillas del reloj, se prepara un vaso con agua donde después de pasarlo por todo el cuerpo, (no sin antes santiguarse con el huevo y rezar) luego el huevo lo rompió en el vaso lleno de agua y ella interpretaba las formas que adquirían la yema y la clara en el agua. A veces los huevos pueden salir negros y se necesitan varios para la limpieza. También saben interpretar lo que te sucede según la conducta del huevo en el agua. Fue toda una sensación nueva y sin precedentes.




En la plaza principal de Pátscuaro, se encuentra el Palacio de los príncipes purépechas, residencia que perteneció al príncipe Antonio Huitzimengari, ahijado del primer Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza,  hijo del Cazonci, que fue el último gobernante de la etnia purépecha.  Allí en su interior, se encuentra un patio rodeado de arcos con muchas flores, en la parte superior se encuentran los hierberos y curanderos purépechas atendiendo a sus pacientes, ellos también hacen limpias con hierbas y leen el futuro con sus particulares cartas. Muy cerca, está el hospital de la ciudad y frente al hospital la casa de la medicina natural y los curanderos, en todos los lugares la Virgen de la Salud preside las esperas de los pacientes.
Y así podríamos ir enumerando personas, lugares donde se practica este tipo de medicina. Creo sinceramente que la ignorancia incrementa estas prácticas. Y lo bueno sería corregir los usos y los abusos de yerberos y chamanes, para así enseñar a la gente que hay alternativas y que existe la medicina de los doctores, ya que mucha gente muere de enfermedades que no pueden curar las hierbas.




En México estos doctores se concentran en las ciudades y es el indígena el que sufre esta ausencia, ya que los doctores, a veces, ignoran por completo al indígena. No aprenden su lengua, no se comunican. Los indígenas piensan que aunque exista ese buen médico, a ellos no les puede curar porque no los entienden y creen que la medicina de los doctores, además de cara, es mala y la de hierbas es buena.
Lo ideal sería que hubiera una comunicación más cercana entre ambas ciencias, para que todos pudieran aprender unos de otros sin discriminación, integrar ambas medicinas sería beneficioso tanto para unos como para otros, el curandero debe comunicarse con el doctor y el doctor con el curandero tradicional, de esa forma, ambos serían verdaderos chamanes y todos nos beneficiaríamos de ello. Mientras no lo hagan, el beneficio se lo llevará el mas charlatán o  el que mejor sepa comerciar con nuestra salud.
Y para terminar os transcribo de un antiguo formulario Azteca, de yerbas medicinales. (Manual imprescindible de los secretos indígenas) Lo encontré en un mercadillo, y dice del aguacate:



"Antes se creía de difícil digestión, pero análisis modernos, han encontrado que no es inofensivo, al contrario es muy nutritivo, por sus vitaminas. El aguacate es un excelente afrodisíaco, pues con su uso, tonifica grandemente los órganos de la generación, además puede recomendarse como alimento a los diabéticos por carecer de azúcar y almidón. La semilla es astringente por lo que puede utilizarse con el aceite que produce, para algunas enfermedades del cuero cabelludo, como la caspa y la tiña"

domingo, julio 1

UN LUGAR DE MÉXICO LLAMADO TLAXCALA


 

Texto: Julie Sopetrán
Fotos: Mary Andrade, Julie Sopetrán, Oficina de Turismo México.

Si algún rival enemigo tuvo el imperio azteca, durante la época de la conquista,  fue Tlaxcala. Ciudad colonial, fundada en 1520 por Hernán Cortés, sobre la ya existente prehispánica.  Situada a unos tres mil metros sobre el nivel del mar. Es también el estado más pequeño de la República Mexicana. Linda con Puebla al norte, al sur y al este; al oeste se encuentra el estado de México y al noroeste está Hidalgo. Recuerdo que las nieves perpetuas del volcán Popocatépetl, tenían una luz especial, según me iba acercando a la hermosa ciudad de Tlaxcala, desde Puebla cuando lo visité en el año 1993.


Me llamaban la atención las ermitas, los maizales de los fértiles valles, los campesinos que vendían los frutos de la tierra por el camino y daban al paisaje, esa belleza amerindia que muy bien puede transportarnos, retrocediendo en el tiempo, hasta el pueblo prehispánico de los náhuatls. Campos cultivados de cebada, fríjol, haba, calabaza, alfalfa, tomate y los deliciosos frutales de duraznos, perales, manzanos, nogales y ciruelos...
Al pasar por Cholula, recordando al Cortés más guerrero, del que habla la historia, desde el monasterio de San Gabriel, con las cúpulas de su Capilla Real, de estilo mudéjar, contemplé la ciudad y una de las pirámides, tal vez la más hermosa y más grande de México, desastrosamente violada con un edificio de estilo español.




Tlaxcala fue sede del Primer Obispado de la Nueva España, su Escudo de Armas ostenta el título de: "Ciudad Muy Noble y Muy Leal".  Hernán Cortés llegó a Tlaxcala en 1519 encontró a sus habitantes defendiendo su independencia de los mexicas, de los huexotzincas y de los cholultecas. Así fue como se alió con los tlaxcaltecas para conquistar la gran Tenochtitlán. España trató especialmente a Tlaxcala, permitiéndoles conservar su gobierno indígena, sus tierras, su derecho a portar armas y montar los caballos, se les consideró hidalgos, incluso se les eximió del pago de tributos, entre otros privilegios y nunca perdieron el orgullo de ser los herederos de la antigua república.


En la ciudad de los chichi-mecas. Me llamaron la atención los edificios de la época colonial, las calles, la paz, los mercados en las plazas, el convento de San Francisco, la plaza de toros, el Palacio de Gobierno, la catedral de estilo rococó, la gente, esa gente sencilla, contemplativa... Todo me conquistó positivamente.
Tlaxcala, cuna del mestizaje, tiene unos noventa mil habitantes, forma parte del Eje Neovolcánico que recorre parte del México central. Su clima es templado. Llueve desde abril hasta finales de octubre. Está ubicada la ciudad a 114 kilómetros del Distrito Federal, a 38 de la ciudad de Puebla y a 307 del puerto de Veracruz. El nombre de Tlaxcala significa "lugar de maíz" o "lugar de pan o tortilla de maíz" o Texcalli que quiere decir peñasco... Antiguamente se llamó Chalchihuapan, se debía a que en ese lugar había una fuente llamada "La fuente sagrada" porque allí se realizaban ofrendas y ritos a los dioses.


Los franciscanos se asentaron en este lugar en 1524, lugar también llamado "tierra de los chalchihuites o de las piedrecillas verdes". Tlaxcala es una ciudad espaciosa, su Plaza de la Constitución, su fuente ochavada, con sus seis querubines labrados, por sus bocas de donde sale brillante el agua, fue regalo en 1646 de Felipe IV a la ciudad. Al poniente de esta plaza está el Palacio de Justicia que fue Capilla Real de Indios.. El Mesón Real, la Casa del Ayuntamiento, el Paseo de los Portales, la Catedral de la Asunción, el Museo Regional donde se encuentra la escultura prehispánica de Camaxtli, y también el óleo anónimo de fines del siglo XVII, con la Virgen de Ocotlán. El teatro Xicohténcatl, la Iglesia de San Nicolás de Tolentino y tantos edificios singulares que atrapaban mi paso...


Me llamó mucho la atención la Plaza de Toros, El Ranchero Aguilar y las escalinatas de acceso a la iglesia del Buen Vecino, desde donde se domina la ciudad. Son tantos y tan hermosos los atractivos de Tlaxcala, que necesitaría mucho espacio para describirla... He de destacar la Basílica de Ocotlán, si llaman a Tlaxcala "el lugar de los silencios azules", no cabe duda que ese silencio llega a ser misterioso en el parque que antecede a la Basílica, que primero fue ermita, con sus veintiséis arcos invertidos, llenos de flores, con sus lanzas blancas que contrastan con un cielo muy azul. Azul y blanco de la Virgen de Ocotlán. Desiderio Hernández, colaboró en el diseño de este lugar junto al arquitecto Dartigues. También se encuentra la iglesia del Pocito, de base octogonal, con el agua milagrosa que mana desde que la Virgen se apareció a Juan Diego.


Tenía un gran interés por ver y admirar las pinturas al fresco de Desiderio Hernández Xochitiotzin, que se encontraban en el Palacio de Gobierno de Tlaxcala. Este lugar antiguamente fue Casa Real del siglo XVI, lugar donde habitó Hernán Cortés. Se conserva todavía de esa época, la parte baja de su fachada. Este lugar ha sido un verdadero lienzo del Maestro Desiderio, un memorial de asombro y buen hacer. La fotógrafo ecuatoriana, Mary Andrade y yo, llegamos a Tlaxcala para entrevistar a este relevante muralista mexicano, él mejor que nadie, interpretó la historia de su pueblo, mostrándola en las  paredes del Palacio de Gobierno. Él estaba preparado para hacer esta obra mejor que nadie, porque no sólo era pintor, grabador, escritor, arquitecto, restaurador... Él era un hombre muy  asequible, un auténtico humanista  que definió en expresivas palabras esa leyenda negra de Tlaxcala... Cuando le pregunté cómo surgió la idea de los murales, con gran sencillez dijo:

                                                            

"no, pues la idea, así empezando un poco, como debe ser, ¿no?; la idea no fue mía, con toda honradez lo digo. Ni tampoco se pensó en esta proporción de la obra. Tenemos un San Benito,  ya sabe qué es eso ¿verdad?, la leyenda negra sobre Tlaxcala, que inventaron los hombres de la Independencia y luego la cultivaron los hombres de la Reforma, los liberales.
Dicen, que los tlaxcaltecas son traidores, o fueron traidores, y en consecuencia nosotros también, y todo porque se aliaron con los españoles. Claro, que el liberalismo fue una doctrina anticristiana y anti-hispánica y sobre nosotros todavía existe esa calumnia horrorosa."

Desiderio nació en el barrio de Santa María Tlacatecpac, en el pueblo de San Bernardino Contla de Juan Cuamatzi, en Tlaxcala, nació el 11 de febrero de 1922. Vivió en Puebla, su esposa era Lilia Ortega Lira, cuando lo conocimos. El Maestro tuvo nueve hijos, más una niña que yo conocí con su esposa, la niña tenía entonces seis años. El mayor de sus hijos murió siendo músico y poeta, su recuerdo estaba presente en cada rincón de su casa. Desiderio me hablaba de él como si todavía estuviera a su lado. Su padre fue don Alejandro de la Cruz Hernández de la Rosa y su madre doña Natividad Xochitiotzin Saldaña. Estudió en Puebla, en la Academia de Bellas Artes. Falleció el día 14 de Septiembre de 2007 a la edad de 85 años. Fue reconocido en muchos lugares de prestigio, como La Sorbona, Harvard, el Vaticano,  en la Universidad de Estocolmo en Suecia, etc.. Él perteneció a la segunda generación de los grandes muralistas mexicanos del siglo XX, fue el último muralista al fresco que había en México. Su apellido Xochitiotzin significa "flor de Dios" en el lenguaje indígena.



Transcribiré la larga entrevista que le hice para mi revista AZB, junto con Mary, hace ya unos años como testimonio de un gran artista. Hoy me limito a mostrar algunas bellezas de esta ciudad colonial que me sedujo y a la que algún día quiero volver.  



Bellísimos son sus extensos llanos, las sierras y los volcanes, como el Malintzin, o la Malinche, es un volcán inactivo con una altura de 4420 metros sobre el nivel del mar, frío en la cumbre y templado en la falda. Antiguamente se le llamaba Matlacuéitl, que era la esposa de Tlácloc, diosa de la vegetación. Cuando llegaron los españoles la llamaban Malintzin en honor a Malinalli, Marina o Malinche, que ayudó como intérprete a los españoles. El volcán tiene forma de cono. Es como un emblema del estado de Tlaxcala. Se le divisa desde cualquier lugar donde te encuentres. Es como una musa de artistas. También el cine se ha inspirado usándolo como escenario de famosas películas como: Enamorada; Talpa, basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo; Lo que importa es vivir; Canoa... La belleza de este volcán se divisa tanto desde Tlaxcala como desde Puebla.  En la región boscosa predomina el pino, el ocote, la encina, el enebro y la sabina. En sus planicies poco húmedas, se da el maguey y el nopal. Tlaxcala es el lugar mejor comunicado de todo el país y el primero que contó con vías férreas.

Termino con la leyenda más popular, la leyenda que da el nombre a Malinche. Dicen que doña Marina le pidió permiso a Hernán Cortés para bañarse en la laguna de Acuitlapilco, que se encuentra situada a unos tres kilómetros de la ciudad de Tlaxcala. El Capitán, le concedió esta petición. La acompañaban cuatro esclavas. Se encaminaron al lugar vestidas con sus coloridos trajes huipitl, sus joyas ofrecidas por Cortés, su porte y elegancia tropical de mujeres hermosas. Malinche se desnudó y se metió en el agua, sin darse cuenta que en el lado opuesto de la laguna la estaban observando los de Xiloxoxtla, un poblado cercano a la Laguna de Acuitlapilco.  Entusiasmados por la belleza de Marina, la confundieron con un hada y le pidieron que desencantara a la montaña Matlalcuéyatl, que también significa Malinche, refiriéndose a la misma montaña. Marina, al sentirse perdida exclamó ¡Malinche! ¡Malinche!, se vistió apresuradamente escuchando los caracoles y el griterío de la gente que corría tras de ella. Cuando Cortés se enteró, ordenó a sus arcabuceros que le prestaran auxilio a doña Marina. Fue así como su nombre se tornó por el de Malinche dejando también el nombre a la hermosa montaña. Y dicen que doña Malinche sigue encantada en la montaña de la que ambas recibieron el nombre.





A LA VIRGEN DE OCOTLÁN

En el pocito bebe el alma
las aguas de la Virgen de Ocotlán
El manantial brota junto al fuego de los volcanes
Las heridas embalsaman el tiempo
Juan Diego cura pestes
la fe transporta el misterio
y flores blancas crecen
entre los pinos.

©Julie Spetrán

A LA MALINCHE

Naciste en Veracruz, Malinalli,
y fuiste vendida como esclava
a los vencedores
Tenías don de lenguas
como las aves privilegiadas
Sobrevivías
a las noches tristes
el Amor te dio a Martín
el despecho a María
La viruela destruyó tu belleza
la luz marina de la tarde
cubrió tu juventud
de polvo
fuiste odiada
pero dejaste en los ojos de Cortés
la fuerza de tu estirpe.

©Julie Sopetrán

jueves, junio 14

LOS DIOSES DE MÉXICO



DIOS DE LA MUERTE

Disfrazado de muerte
tocas la piel del mundo,
como si fueras brisa
vestida de colores
Plumas para los tactos
descarnados
o tal vez beso en azul
de llanto contenido
Vienes y vas entre mis soledades
me sonrío del caos
y me dejo envolver por el misterio
de tus identidades.

©Julie Sopetrán


Texto y fotos: Julie Sopetrán


Tanto me sorprendió en Tlaxcala, contemplar la obra del Maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, que aún recuerdo sus murales, él expresó mejor que nadie, la historia y el alma de los dioses mexicanos, sus guerras sagradas, sus mitos, sus leyendas, esas realidades contadas en el mural, representadas por el águila, el tigre, el sol, la serpiente, el maíz... La fuerza y el encanto, las batallas, las creencias, la conquista. Todo está impreso en el Palacio de Gobierno de Tlaxcala, fue para mi un deleite contemplar sus murales y conocer en persona al Maestro que me contó ampliamente los detalles...


Pero otro de los lugares que me impresionó, fue Monte Albán en Oaxaca, y muy especialmente el Museo de Santo Domingo, donde pude conocer y admirar los tesoros de la Tumba número siete, dioses, joyas, artefactos curiosos y mi encuentro con el Dios de la Lluvia: Cozijo, mirándonos, desde las cuencas de sus ojos milenarios, contacté por primera vez con Meso América. Mirando a este dios zapoteca comencé a llorar  inexplicablemente. Recuerdo que es el museo más oscuro que he visitado nunca. Iba mirando los tesoros y de pronto encontré una escultura del dios Cozijo en el centro del museo, mirándola comencé a llorar, no tenía motivo alguno para hacerlo, no sabía por qué me emocionaba tanto aquella escultura, pero lo cierto es que me hablaba en silencio, me envolvía, quise fotografiarlo, pero no lo conseguía, a fuerza de intentarlo por fin sentí el clic de la cámara. Pregunté por él en la tienda del Museo y no había nada relacionado, ni siquiera una postal, sólo me dijeron que era el dios de la lluvia Cozijo. Regresé a España y desde la piedra milenaria de esta escultura, sé que sus ojos aún me siguen mirando.
Me traje su foto.

Dioses como Tonacatecuhtli y su esposa Tonacacihuatl. Sus hijos, Tlatlauhqui, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli. El primero era de color rojo, el segundo de color negro, el tercero era el Dios de la vida, de la mañana, del planeta Venus, la serpiente emplumada y el pequeño dicen que nació sin huesos y vivió seis siglos. Parece que estos dioses crearon al hombre, que labraba la tierra y a la mujer, que hilaba y tejía, crearon también el fuego y una parte del sol, dándoles a la vez el maíz para que pudieran alimentarse, adivinar el futuro y curar sus enfermedades. De esta pareja nacieron los macehuales que formaron la clase trabajadora de los pueblos indígenas. Estos dioses crearon también los días, los cielos, el agua y crearon también un caimán, así nació la tierra y los dioses del agua y de las buenas y las malas lluvias.


Las culturas toltecas, zapotecas, otomíes, mayas, purépechas, aztecas... Todas tienen sus dioses y diosas. Las danzas, la música, la tradición, conserva sus nombres, símbolos y leyendas. Aquello autóctono que parece una fantasía pertenece a esas gentes valientes, honestas, fieles a la historia, constantes en el empeño de conservar sus dioses.
Dioses que también fueron sanguinarios y demandaban sacrificios humanos para vencer la oscuridad. Recordemos el origen azteca procedente del mito Aztlán que significa "lugar de garzas". El Valle de México estuvo habitado por diferentes pueblos, los aztecas fueron los últimos que allí vivieron. Luchaban con sus vecinos de Culhuacán y Azcapotzalco. Llegaron al Anáhuac y, en 1325 fundaron Tenochtitlán que después se llamó México. Vencieron a los Toltecas y a los chichimecas y se adueñaron del Golfo de México hasta Guatemala.  No podemos olvidar a su Dios Sol, Huitzilopochtli. Porque los aztecas se consideraban elegidos por el Sol. Su diosa del Amor era Tlazolteotl.

                                                                                                                    Tlazolteotl
Ometeotl y Omecihuatl estos nombres significan Señor y Señora, son dioses de la dualidad. Tezcatlipoca, significa el espejo que humea, se le relaciona con la luna.
Pero podemos recordar más culturas prehispánicas, todas ellas de gran importancia en relación con sus innumerables dioses. En la cultura Maya encontramos a Itzamná, que es el dios de la Sabiduría, creador de la ciencia y es el ser que se lleva interiormente. Como el dios Serpiente también relacionado con la Sabiduría, porque sólo siendo sabios podrá comernos el águila.Yum Kaax, que es el Dios del maíz. Yum Cimil, dios de La Muerte.



Kauil, Dios del fuego. Ix U, Diosa de la luna, es el Dios Madre, símbolo de la femineidad, de la ternura... Admirando Chichén Itzá, en su Plaza de las mil columnas o en el Templo de los Guerreros... podemos percibir la conexión con estos dioses. Los Totonacas en Veracruz, en Tajín, ellos eran politeistas, adoraban a varios dioses. Tláloc, el Dios de la lluvia. Xipe-Tótec, Dios del maíz y de la abundancia, representa la fertilidad. Chihuacóatl, la Diosa del viento, fue la primera mujer en dar a luz, por eso la consideran la patrona de los partos.
En Michoacán, los pueblos Purépechas tienen a Curicaueri, deidad que da origen al resto de los dioses, que era el gran fuego, la gran hoguera, el dios sol. Xaratanga, trajo al mundo el maíz. Thares, Upeme y Uazoriquare, también tienen otros nombres como Curita Caheri, que era el mensajero de los dioses. Auicanime, la diosa del hambre. Uacúsecha, Tingarata... Y así veían a estos dioses en forma de águila, piedra, fuego, caimán, porque los indígenas creían que el origen de su pueblo era divino a través de las cosas que utilizaban. A veces me queda la duda de saber si fueron los hombres los que inventaron a sus dioses, o fueron esos dioses los que crearon a los hombres. Lo que sí es cierto es que ambos se necesitan.



Los nombres de los dioses mexicanos son tan difíciles de pronunciar para un castellano, que al nombrarlos, se nos traba fácilmente la lengua como por ejemplo cuando pronunciamos del nombre del dios: Tlacaxipehualiztli, de ahí derivan los ritos de desollamiento dedicados al dios Xipe-Tópec, dios de la lo nuevo, y todo porque la tierra cambia su piel muerta por una nueva, que consigue el milagro de la primavera.
Los dioses tenían que ver con el Universo, incluso con los puntos cardinales y los colores. Por ejemplo, el oriente, se identificaba con el color rojo regido por el dios Xipe-Tópec. El poniente por el color blanco, regido por la Serpiente Emplumada Quetzalcóatl.  El norte por el color amarillo y negro regido por Tezcatlipoca. El sur por el color azul regido por Tlalóc (Huitzilopochtli en la versión mexica). Así también el ritual de las ofrendas de comida a los muertos, no es otro que el alimento de los dioses.


Tlacaxipehualiztli

Es el tiempo y el espacio lo que dio lugar al mundo prehispánico. Los cuatro Soles destruyeron su eterna lucha. Luego nació el Quinto Sol en Teotihuacan, en el cual actualmente vivimos. Cada cincuenta y dos años había una renovación de lo existente, el Xiuhmolpilli, las cincuenta y dos cañas que simbolizaban el siglo.
Pastor Rouaix, cuando habla de la fealdad de los dioses, dice que también eran feos los Budas con sus barrigotas, las Astartés fenicias o las divinidades del viejo Egipto, dioses convertidos en gatos y otros seres indescriptibles. 




En esa conservación de las tradiciones mexicanas, admiro al danzante azteca soplando el caracol marino, mientras el otro mueve las sonajas azules. A su lado un músico de Yunuen,  Michoacán, lleva colgado un tambor alargado en forma de animal hecho de un tronco de árbol hueco. En esas danzas mexicanas viven los dioses, porque sus gentes todavía conservan vivas sus tradiciones y esto sí que es una magia digna de admirar. La danza es un rito, que todavía nos habla de oradar las orejas y lengua con espinas de nopal, para que el movimiento de los danzantes, rememore la sangre de aquellas ofrendas a los dioses, la danza que nos hace sentir que la lluvia y los rayos y los truenos eran "el licor de la tierra". Todo para los mexicanos tenía un dios y el fuego, la música, la danza, pueden ser Macuilxóchitl, Xochiquetzal o Xochipilli.
Podríamos estar hablando de los dioses durante muchas horas. Pero he de terminar con una leyenda y un poema.




Dicen que mucho antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas comían animales que cazaban y raíces, todavía no tenían el maíz porque estaba escondido en algún lugar detrás de las montañas. Los viejos dioses quisieron separar las montañas pero no lo conseguían y los aztecas se presentaron ante Quetzalcóatl para que les ayudara a encontrar el maíz.

Dios de ayer

Quetzalcóatl, les dijo que él encontraría lo que necesitaban. Pero tan poderoso dios no conseguía separar las montañas con su fuerza. Dicen que entonces se convirtió en una hormiga negra y lo acompañó otra hormiga roja y los dos se fueron a las montañas en busca del maíz. Vencieron las dificultades del camino y por fin el gran dios llegó donde estaba el codiciado maíz, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió su regreso. Cuando llegó entregó el prometido grano de maíz a los necesitados indígenas.  Los aztecas plantaron la semilla y fue así como después sembraron y cosecharon. Y gracias a un grano después fueron ricos y vivieron felices creando ciudades y alimentando a sus familias. A partir de entonces Quetzalcóatl se convirtió en el dios más amado porque él fue quien les trajo el maíz no por utilizar su fuerza de separar montañas, fue por su astucia e inteligencia...

Diosa de hoy

El poema al que hacía referencia lo escribí en Oaxaca, después de conocer a Cozijo, el dios de la lluvia,  de quien os he hablado anteriormente y con el que quiero terminar por la importancia que tiene mi visión del más allá hispánico.


AQUEL DIVINO ENCUENTRO CON COZIJO


Mirándote a los ojos desde el oscuro centro
supe que hay otra vida más allá de la muerte;
la lluvia de tus montes es blanca en la mirada
y hay que llorar muy hondo para volver a verte.
Me hablaste de las tumbas, de tesoros ocultos
de otra vida lejana guardada en tus arcanos;
me dijiste que el agua es el oro del mundo
y presentí al mirarte, el tacto de tus manos.
La quietud de la piedra conmueve y emociona
porque es la joya viva de todos los momentos;
tú la pusiste a fuego cuando sentí en mi alma
arder uno por uno... todos los sentimientos.
Y hoy que vuelvo a mirarte desde una España ausente
me parece mentira que en el oscuro centro
la lluvia de tus ojos, tan limpia, tan cercana
empape todavía... nuestro divino encuentro.


©Julie Sopetrán

sábado, mayo 26

UN PASEO POR EL LAGO DE CAMÉCUARO


Texto y fotos: Julie Sopetrán

Son diez hectáreas de Parque Natural, con un clima templado, subacuático, su fauna y flora es de gran belleza gracias al Patronato Lago de Camécuaro, que en lengua tarasca quiere decir "lugar del baño", y también "lugar de la amargura oculta", según Fray Juan Bautista Lagunas. Se decretó como Parque Natural el 18 de Junio de 1940, siendo Presidente de la República Don Lázaro Cárdenas del Río.
Son 1400 metros de largo por 100 de ancho, sus aguas cristalinas y sus árboles milenarios. Lo curioso de este lugar es que los árboles se mantienen dentro del agua, formando caprichosas y exuberantes raíces.


Se encuentra a catorce kilómetros de Zamora, en Michoacán, en el municipio de Tangancícuaro. Se llega por la carretera nacional número 15.
Dentro del lago existen dos nacimientos de agua: el de Junguarán y el de Cupátziro. El agua surge de las entrañas de la tierra y de las lluvias que llegan al lago desde la Meseta Tarasca. Un paseo en barca por este lugar es realmente mágico, no sólo por la vegetación, también por la belleza natural del entorno. Es un lugar de capricho por la gran variedad de árboles: ocotes, sabinos, fresnos, madroños, ocales, maguey, encinos, arbustos y coníferas. Los árboles más viejos se cuidan y protegen con diversos materiales preparados para su conservación dentro del agua.


También lo pueblan peces, carpas,  truchas, cangrejos, ranas, mojarra blanca, chapulines, chapos, mariposas, tortugas, patos, abejas, gansos... Y en tiempos ancestrales dicen que había nutrias, cisnes. Lugar muy apropiado para campamentos, senderismo, paseos en barca y buceo.
En el área de este lago viven unos treinta y tres mil habitantes, de ellos unas mil quinientas personas hablan la lengua purépecha y también el zapoteco.
Nos llevaron a este lugar por la carretera nacional rumbo a Morelia, la capital del Estado de Michoacán. El paisaje me dejó fascinada, nunca había visto árboles tan grandes rodeados de agua. Si un día me fascinaron los árboles de madera roja de California, los de México no desmerecían lo más mínimo.  Caobas, guayacanes, pinos resinosos llamados "ocotes", abetos muy especiales como el "oyamel" con su verdor perenne y su musical encanto teñido de blanco y azul de los fríos serranos. Los ahuehuetes, uno de los árboles más populares de la flora de México, lo llamaron así los indígenas y está considerado el árbol nacional, porque viene su raíz de atl, agua, y hue, que significa anciano o abuelo, su nombre por lo tanto quiere decir: "viejo de agua" porque su follaje se reviste de heno blanco como si el árbol tuviera canas.


Los Zapotecas le llamaban a este árbol yagaguichi-ciña, que es "cedro de larga vida", los Tarascos lo llamaron pembamu, que es "viejo barbado" de donde nació el nombre del pueblo de Pénjamo. Y los españoles lo llamaron por el conocido nombre de sabina.
Si en algún lugar he admirado al árbol ha sido en este Lago de Camécuaro, en el municipio de Tangancícuaro, en Michoacán, México.  Es uno de esos espacios del que no quisieras salir nunca. Su limpieza, su encanto natural, te dejan como paseando el tiempo.
Parece que hay más de mil manantiales de agua fresca que brotan y refrigeran el lago y esto es lo que hace que sea un lugar paradisíaco. El clima es también muy agradable de unos 14º en invierno a  18º a 20º en verano. Altitud de 1750 metros sobre el nivel del mar. La profundidad del lago oscila entre cinco y veinte metros y se puede ver el fondo por la pureza y limpieza del agua. Ahora se puede disfrutar de un sistema de alumbrado en la noche.


Este lago es imprescindible para los fotógrafos y para los amantes de la naturaleza porque es un lugar mágico. Está muy cuidado y se puede acampar, pasear a pie y en lancha, practicar la natación en sus aguas termales, buceo, es un lugar muy tranquilo y se puede pasar un buen día campestre en solitario o en familia, no importa si no llevas comida porque hay puestos que ofrecen menús muy asequibles.
Como casi todos los lugares en México, este lago tiene sus leyendas, una de ellas es que habitaba una joven muy hermosa en los alrededores, llegó un español y la enamoró, pero él tuvo que marchar a una guerra y dejó a la bella doncella sola y llorosa. Y tanto lloró, al saber que su amor no regresaba, que se formó este lago transparente con sus lágrimas. Existe otra leyenda que da interés al significado del lago "lugar de la amargura oculta". La leyenda de Huanita, una princesa que se enamoró de Tangáxhuan, sobrino y uno de los herederos de Tiriácuari, que habiendo sido secuestrada por Candó, un sacerdote sacrílego, la mantuvo oculta en una yácata, adoratorio de Cutzé, lloró tanto su desgracia que con sus lágrimas se formó el lago.  Y muchos buceadores dicen que estuvieron a punto de ahogarse porque veían a una joven muy hermosa jalando sus pies y empujándolos hasta el fondo del lago.


Existen más leyendas de coyotes y de princesas que lloraron tanto como las jóvenes de las anteriores leyendas. Por eso el lago de Camécuaro también significa "torrente de lágrimas". Hay otra interpretación, según el historiador Eduardo Ruiz, el significado deriva del verbo huecámen que es "caer en un estanque hondo", ro indica lugar, huácamecuaro, "lugar donde caen al estanque" de una forma fácil.
Pasear por este lago es poner a trabajar la imaginación, el barquero te va mostrando figuras inventadas ante las diferentes formas que sugieren los árboles gigantescos... Una iguana, un elefante, un vestido de novia, una cueva excavada en el árbol, un espectro, una escena de terror, un caballo,  un nido de serpientes de madera, un rinoceronte y una larga lista  de figuraciones y fábulas recreativas que nos hace sentir que estamos viviendo un mundo de fantasía y ensueño, y hasta la mismísima princesa que cuenta la leyenda se encuentra en una figura de mujer desnuda... Es al volver los ojos al lago, cuando nos damos cuenta que es un mundo real y que son los árboles y el agua los que juegan en nuestros ojos.



Vemos a los niños bañándose con los árboles, a los enamorados besándose entre las mismas raíces, a la familia disfrutando de un entorno paradisíaco.  Es el capricho armonizando con la quimera, es la inventiva en armonía con la realidad. Es la vivencia de la inspiración, o los duendes jugando entre la hierba de un parque natural difícil de olvidar. Es la leyenda hecha poesía en la naturaleza. 
A los artistas, a los poetas, a los fotógrafos, a los que saben disfrutar del agua y del árbol, a los que buscan el sosiego, la belleza, les recomiendo visitar este lugar de Michoacán. No se arrepentirán de la elección.


CAMÉCUARO

La luna Nanacutzi se mira en el lago de Camécuaro
aztecas, chichimecas, purépechas
la contemplan sin tiempo
lloran el pasado
Amanece
Los rayos del sol borran la imagen de Huanita
El coyote se esconde
observa a los turistas
deambula entre sombras
Los niños se bañan con los árboles
La brisa encanta el silencio
Las sabinas prolongan su verdor a través de los siglos
El agua transparenta la gala de los dioses
El Viejo del Agua me abraza con sus grandes raíces
Me hace crecer el alma
Me hace llegar al fondo
Su heno me acaricia el cabello
En el suspiro se esparcen las semillas
La sed se apaga en la vivencia
El lago me posee.

©Julie Sopetrán

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